TRADUCTOR

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

martes, 22 de noviembre de 2016

OBRA DE TEATRO BENEFICA







Representada por la compañia PURA ESENCIA DE TEATRO, dirigida por Juan Antonio Alarcon y con la colaboracion especial del Ayuntamiento de Alcala del Rio,
 La Asociacion 26 de Abril, al objeto de recaudar fondos para la acogida y ayuda de niños Bielorrusos, organiza la obra de teatro
 EL ENFERMO IMAGINARIO,
 que tendrá lugar el proximo dia 4 de Diciembre a las 12:30 en la CASA DE LA CULTURA DE ALCALA DEL RIO.












PURA ESENCIA TEATRO
EL ENFERMO IMAGINARIO
DE MOLIERE


ARGAN                                 Francisco Javier Jiménez Carrión
BELISA                                 Rocio Aniceto
ANGELICA                           Cristina Soriano
LUISA                                    Lucía Núñez Galán
MARISA                                María José Regadera Santoyo
BERALDO                            Paco Olivero Morato
CLEONTE                            Daniel Olivero 
DIAFOIRUS                         Alicia González Rodríguez
SEÑORA DIAFOIRUS        Eloísa López Gutiérrez
TOMAS DIAFOIRUS          Belén Fernández
PURGON                              Jesús Espinosa Bozada
FLEURANT                          Manoli Flores Rodríguez
NOTARIO 1                         Estrella Silva Ortiz
NOTARIO 2                         Carmen Galbarro Espinosa
ANTONIA                            Minerva González Rodríguez
ENFERMERA 1                  Esperanza Galán Rodríguez
ENFERMERA 2                  Zenaida Bozada Rodríguez
VALENTINA                       Angélica Gómez Gutiérrez

DIRECCIÓN                         Juan Antonio Alarcón Jiménez

Hablar de comedia sin estudiar a Moliere es cometer una falta de ortografía dramática. Sin duda uno de los maestros de este género es el francés nacido en 1.622. Su legado literario no es de tanta brillantez como lo es la gran labor que hizo por la comedia, la sátira, la farsa… y el actor.

Todo artista que quiera hacer reír ha de trabajar alguna vez un personaje de Moliere. Su picardía, grafía y juego en lo que respecta al personaje no tiene precio y se convierte en un arma cómica en manos de un buen trabajador de la escena.
Este año nos hemos atrevido con “El Enfermo Imaginario”, donde Moliere cargó con fuerza ante lo que en su día fue la “mafia medica”, creando una de las obras críticas más esplendidas de su biblioteca.

Hacer reír da sentido al trabajo del actor.





martes, 25 de octubre de 2016

TU GRANO DE ARENA


Hace un mes se creó el proyecto VUELVE CON NOSOTROS, en la web mi grano de arena.
http://www.migranodearena.org/es/reto/12072/vuelve-con-nosotros/ podeis verlo en la columna de la derecha
Este proyecto, tenía y tiene hasta final de año el objetivo de recaudar fondos para la acogida de niños bielorrusos y ayuda a los menores que no pueden venir (UN RAYO DE ESPERANZA).
Teníamos muchas ilusiones puestas en este proyecto, soñábamos en recaudar, al menos, los fondos necesarios para poder traer un niño más y mandar dinero a UN RAYO DE ESPERANZA, en nuestra web www.asociacion26deabril.org podéis verlos.
Nuestras ilusiones, poco a poco, se van mermando, solamente ha habido un ingreso de 5€, pero no nos rendimos, nunca hemos tirado la toalla, seguimos confiando en que las gentes crean en nuestro trabajo y que comprendan que estos niños y niñas nos necesitan, somos su única esperanza de sanación.
Verán ustedes, lo de Chernóbil, aunque ocurrió hace 30 años,  ya solamente nos acordamos de ello cada 26 de abril, aún tiene y tendrá sus consecuencias, y es ahora, a partir de la tercera generación, cuando viene lo peor. Miles de niños mueren en Bielorrusia anualmente por las consecuencias de la explosión nuclear y muchos miles más, sufren en vida la herencia del desastre.
Nuestra asociación nació para ayudar a estos menores, cada verano nos traemos menores para poder sanarse aquí, pues su estancia entre nosotros les da DOS AÑOS MAS DE VIDA, y además, como hemos dicho antes, intentamos ayudar a esos menores que por diferentes causas no pueden venir a sanarse a nuestro país mediante el proyecto UN RAYO DE ESPERANZA, y todo ello con los costes que conlleva que absorbemos las familias de acogida, no tenemos ningún tipo de ayuda económica de nadie, y solamente, con invento tras invento, como este de MI GRANO DE ARENA, partidos de futbol benéficos, rifas, obras de teatro, conseguimos paliar un poco los gastos que nos suponen nuestros proyectos.
Muchas veces nos han dicho que aquí, también hay, niños y niñas necesitados, si, es verdad y nosotros colaboramos mediante donaciones de material escolar, artículos de higiene, ropas y juguetes, pero estos niños españoles al menos tienen  ayuda estales u autonómicas, médicos gratis etc., pero en Bielorrusia,,,, en Bielorrusia no entra nadie, ni médicos sin fronteras, ni Cruz Roja ni ninguna ONG, y esos niños, esos niños y niñas que cuyo único pecado es haber nacido concebidos por el pecado de la contaminación nuclear, sufren en silencio y sueñan cada noche ser acogido por una Familia que les pueda alargar la vida, un sueño,,,,, maldito sueño, que depende que se haga realidad, en gran parte, de asociaciones como la nuestra que se encuentran en el territorio español. Y nosotros dependemos, en gran parte también, de personas que quieran ayudarnos.

Muchas veces, conmigo mismo, me enfado, y me enfado porque no comprendo, no entiendo ni comparto, porque tiene que haber fronteras entre los seres humanos, porque los menores tienen que sufrir las consecuencias de decisiones tomadas por otras personas, la ultima, ojala fuera la última, la más reciente los refugiados Sirios y como ser humano, me avergüenzo.
Yo no riño a nadie ni a nadie censuro por no ser solidario con este proyecto de MI GRANO DE ARENA, solamente, pido, ruego y suplico que entendáis que estos niños, sin haber nacido aun cuando ocurrió en 1986 el accidente nuclear, sean los herederos directos de sus consecuencias, ellos SON INOCENTES pero su sentencia está dictada antes de nacer, y asociaciones como la nuestra, lo único que hacemos, es recurrir esa sentencia y darles una oportunidad a esos niños y niñas.
Muchos leerán estas y líneas y pasaran, otro dirán que ellos no dan nada porque se pierde, y otros, los menos, colaboraran, a ninguno crítico, solamente os lo pido a todos.
Yo, muchas veces, pienso en tirar la toalla, pero,,,, cuando veo a esos menores desembarcar del avión, sus caras de felicidad, SUS SONRISAS, todo pensamiento de abandono se desvanece, me pongo atrás de todo y los observo, y miro sus caras,,,, quedo más que compensado.
Ayudarnos, aunque sea con una mínima aportación, nosotros te necesitamos, estos niños os necesitan, visitad nuestra web, y no pretendemos que alabéis nuestro trabajo, solamente que lo comprendáis. 

domingo, 23 de octubre de 2016

PARTIDO DE FUTBOL BENEFICO



Nuestra asociacion nació con dos fines, uno, la acogida de niños y niñas Bielorrusas afectados por el accidente nuclear de Cernobil y el segundo, ayudar a los menores que por diferentes circunstancias no pueden venir a sanarse.

Nosotros no cesamos en buscar Familias de Acogidas y recaudar fondo para los dos proyectos. Un nuevo proyecto nace, UN PARTIDO DE FUTBOL BENEFICO, El mismo se llevara a cabo el proximo dia 12 de Noviembre a las 12:00 horas en el campo de futbol de Alcala del Rio.

El encuentro lo disputaran LOS VETERANOS DEL SEVILLA F.C Y LOS VETERANOS DE ALCALA DEL RIO F.C

Durante el encuentro rifaremos una EQUIPACION COMPLETA DEL SEVILLA donada por los Veteranos del Sevilla y un balon firmado por los jugadores de la primera plantilla.

Tu asistencia ayudará que los menores puedan venir a sanarse a nuestra ciudad y con ello darle DOS AÑOS MAS DE VIDA. Son muchos los niños y niñas que esperan tener esta oportunidad, somos su ESPERANZA.

El esfuerzo bien merece la pena

¡HAY QUE SEGUIR!

Autor del cartel Manuel Espinar

sábado, 27 de agosto de 2016

VIAJE A LOS CONFINES DE CHERNOBIL, DONDE CADA EMBARAZO ES UN DRAMA


"Mi hija tiene problemas de tiroides. Es todo culpa de Chernóbil" /"Lo más peligroso de la contaminación radiactiva es la herencia genética". /"Pensamos durante los nueve meses en cosas que pueden pasar y rezamos para que los bebés salgan bien".

Tumba de un bebé en el cementerio de Gubarevichi, a 30 kilómetros de Chernóbil. 

A Stralichava lo llaman Chernóbil porque es el último pueblo habitado de Bielorrusia antes de llegar a la central nuclear. Está en el sur del país, a 30 kilómetros del reactor que el 26 de abril de 1986 decidió explotar. Aquel día -también los sucesivos- el viento soplaba hacia el norte, de modo que la radiación de la central ucraniana, en vez de castigar a su propio país, se extendió por el fronterizo vecino (entonces todo era la URSS). Bielorrusia, treinta años después, mantiene zonas de acceso prohibido con altos niveles de contaminación radiactiva y cuenta por miles los casos de enfermedades relacionadas con la radiación. Ucrania apenas padece un área contaminada de 30 kilómetros de radio.
A la rebautizada Chernóbil se llega por una carretera exageradamente recta que cruza la región de Gomel, la más meridional de Bielorrusia y también la más contaminada. Cientos de pueblos y aldeas de esta zona están hoy abandonados o destruidos, después de que sus vecinos fueran evacuados. Aparecen de cuando en cuando entre los interminables bosques que escoltan la soporífera recta. Las señales con el símbolo de la radiación alertan sobre la contaminación del lugar. Por momentos la calma es inquietante. La contaminación radiactiva es invisible y está instalada en la quietud del paisaje.
Señal de advertencia por contaminación radiactiva. 
Al entrar en Stralichava el medidor de radiación comienza a pitar. Se han superado los 0,30 micro sieverts por hora, el límite de los aceptable, según el Gobierno bielorruso. El paisaje lo conforman no más de 50 casas de madera, algunas de ellas abandonadas, otras pintadas de llamativos colores. A pocos cientos de metros está el check-point que impide el paso a la zona de exclusión, conocida como 'la zona', un espacio en el que está prohibido entrar debido a la radiación y en el que no habita nadie, a excepción de una gran cantidad de animales que han prosperado gracias a la ausencia humana. Un poco más allá se sitúa la frontera con Ucrania y después aparece ya el reactor malherido.

Zona afectada por la radiación. 
Ajenos a los niveles de micro sieverts que las rodean, cuatro mujeres con pañuelos en la cabeza y chaquetas de lana pasan la tarde sentadas en un banco de madera. Strachilava es como todos los pueblos de esta zona: la tranquilidad y el silencio son completos. No hay mucho que hacer.
Alla Tolimach lleva un bastón en la mano y la voz cantante. Varias gallinas picotean el suelo a su alrededor mientras habla. Es una mujer corpulenta, de brazos fuertes. Se queja de que el gobierno no les presta ayuda, ni atención. "A mí me operaron de tiroides dos veces", cuenta. "Ahora tengo 72 años, diabetes y dolor crónico de huesos. No me dan ni una pensión. Dicen que no es por Chernóbil, que es por mi edad".
Valentina, la mujer sentada al lado, dice: "A lo mejor sí que es por la edad". Alla responde con un gesto de deprecio. Padece los síntomas más frecuentes de la exposición a la radiación: problemas de tiroides y dolores crónicos, además del cáncer. Su yerno, también del pueblo, se quedó parapléjico hace dos años. "Se desmayó un día y ya nunca ha vuelto a poder moverse", dice escarbando con su bastón en la tierra y perdiendo la mirada. "Mi hija tiene problemas de tiroides. Es todo culpa de Chernóbil". Después mira a su amiga, quien, esta vez, no le discute.
LA HERENCIA MALDITA
El número de muertos debido a la catástrofe de Chernóbil es 50, según el Gobierno bielorruso. La cifra suena a broma comparada con las que arrojan los estudios independientes. Uno de los más fiables es el encabezado por el experto medioambiental ruso Alexey Yablokov en su trabajo Consecuencias de la catástrofe de Chernóbil en la población y en el entorno. Usando un modelo matemático, el estudio analiza no sólo las víctimas directas tras la explosión, sino los muertos en los años siguientes tras desarrollar enfermedades y también los hijos y los nietos de los vecinos contaminados. El resultado ofrece la cifra 1,4 millones de afectados, de los que 800.000 han muerto por culpa de la radiación de Chernóbil. Algo más de los 50 que admite Minsk.

Casa abandonada por la radiación. 
"Lo más peligroso de la contaminación radiactiva es la herencia genética". Toma la palabra Alexey Nesterenko, director del Instituto de Radioprotección BELRAD, una institución independiente que estudia los efectos del accidente con financiación extranjera. Nos recibe en su despacho a las afueras de Minsk. De las paredes cuelgan infinidad de mapas de la zonas contaminadas. Hay también alguno de Japón y el área de Fukushima. "Un vecino contaminado que se va a vivir a Italia o a España, y tiene hijos ahí, habrá llevado la contaminación radiactiva a esos países. Y esos hijos la trasladarán a los nietos. Y así sucesivamente hasta no sabemos cuándo. Contar sólo los afectados directamente por la explosión es un chiste sin gracia".
Nesterenko, al igual que otros expertos en la materia, va más allá. "Los efectos de radiación de bajo nivel en la salud humana todavía no se conocen. Tenemos que esperar muchas generaciones todavía". Algunos estudios sostienen que la población completa de Europa fue sometida a dosis de radiación relativamente bajas tras la explosión del reactor. "Lo más aterrador de este asunto es que aún sabemos muy poco. Pero tenemos claro que esto no es un problema de Bielorrusia o Ucrania. Esto es un problema global".
En la región de Gomel, la que comprende el sur del país, conocen bien la herencia maldita de la radiación. Las mujeres sobrellevan sus embarazos con angustia. Lyudmila Sukhval vive en Buda-Koshelenko, un pueblo de Gomel muy próximo a la zona de exclusión. Cuenta 39 años y tres hijos. El mayor de ellos, que se llama Stas, tiene 9 años y una cicatriz en el lateral de su cabeza. "Cuando tenía tres le operaron de un tumor en el cerebro. Este año nos han dicho que se ha vuelto a reproducir", cuenta con su hijo menor -un bebé- sobre las piernas. Su marido y su padre murieron el año pasado también debido a tumores.
Lyudmila agacha la cabeza, toma aire para frenar las lágrimas y añade: "Viví mis embarazos con mucha preocupación. Nos pasa a todas las mujeres de este pueblo. Pensamos durante los nueve meses en cosas que pueden pasar y rezamos para que los bebés salgan bien".

Stas nació con un tumor en el cerebro debido a la radiación. 
A su lado está Valentina Smolnikova, una mujer menuda, con gesto desgastado y una sonrisa tímida. No conviene fiarse de su apariencia: es pura energía, un motor que no cesa. Dirige la ONG Niños de Chernóbil, dedicada a dar ayuda y apoyo a los menores del sur del país que heredan la radiación. En verano cientos de ellos son acogidos en Italia, España o Canadá. Hoy ha venido a visitar a Lyudmila y a sus hijos para traerles ropa. La casa es humilde hasta el límite, con paredes desconchadas y apenas un puñado de muebles. Los juguetes de los niños están esparcidos por el suelo de madera.
Valentina fue liquidadora, es decir, una de las trabajadoras que se encargaron de limpiar, asfaltar y organizar la evacuación de los alrededores de Chernóbil cuando tuvo lugar la explosión. Es una de las pocas que está viva. "Esta es la región del cáncer", dice. "Las embarazadas esperan a ver cuál es el drama que les va a tocar. No conocerás una sola familia en esta región que no tenga un miembro muerto o enfermo de cáncer".
Cuenta Valentina el caso de Galiana, una vecina de Gomel a la que ayuda desde hace años. Fue evacuada de su aldea en 1986 tras la explosión. Desde entonces, Galiana padece problemas de tiroides, agotamiento crónico, tiene un tumor en la garganta, el año pasado sufrió un infarto y le han detectado hipertensión y artrosis. "No es nada extraordinario aquí", dice Valentina. "Es el perfil típico de la gente afectada por la radiación".
La propia Valentina -confiesa después una compañera de la ONG- padece un cáncer de riñón. "Chernóbil es el terror lento. Nos va matando despacio".

Carné oficial de Bielorrusia de afectado por la radiactividad. 
TERRITORIO DEL SILENCIO
El Gobierno bielorruso oculta las cifras reales del daño que ha hecho y sigue haciendo la radiación en el sur del país. No existe un registro de víctimas y, si existe, está escondido en algún cajón del despacho de Alexandr Lukashenko, el presidente de Bielorrusia que no necesita elecciones (al menos elecciones reales) para controlar el país desde 1994. Tampoco Rusia ni Ucrania ofrecen datos fiables. Todo se esconde bajo un espeso y caduco secretismo soviético. De modo que instituciones como BELRAD utiliza otro tipo de estadísticas para atar cabos.
"Tomemos como ejemplo la provincia de Stollin, al sur del país", explica el director de BELRAD. Stollin, con sus 89.000 habitantes, no es, ni mucho menos, uno de los distritos más contaminados. Pero sus datos dicen los siguiente:
· La visitas al médico (sin contar el dentista) del año pasado son el triple de las que hubo en 1986, año del accidente.
· El pasado año se practicaron el doble de intervenciones quirúrgicas que en 1986. Y eso con unos 20.000 habitantes menos que entonces. 
· En 1986 se registraron 7.000 casos de niños enfermos en el distrito. El año pasado, 25.000.
· En 1986 se registraron 19.000 casos de adultos enfermos. El año pasado, 72.000.
· En 1986 hubo 207 casos de cáncer. El año pasado, 330.
· En 1986 se hicieron 97 visitas oncológicas. El año pasado hubo 188. Y eso que la estadística no cuenta los remitidos a Minsk o a otras ciudades.
· La tasa de mortalidad en la provincia es el doble que la de 1986.
"El gobierno dice que ninguno de estos datos tiene relación con Chernóbil", afirma el director de BELRAD. Después no puede evitar soltar una carcajada.

LO QUE PASÓ AQUEL DÍA

Ivan Shilets estaba en su cocina la mañana del 26 de abril de 1986 cuando llamaron a la puerta de su casa de Krasniahia, una aldea a 40 kilómetros de Chernóbil. "Golpes fuertes, como de impaciencia". Ivan, que entonces tenía 58 años, abrió y se encontró al jefe de la graja estatal para la que trabajaba. Estas granjas públicas todavía existen hoy en Bielorrusia, y dan empleo a la mayoría de vecinos de Gomel.
-Me dijo que había explotado la central y me pedía que fuera a rescatar el ganado que teníamos en los campos de alrededor.
-¿No tenía miedo de ir allí?
Ivan sonríe. Hoy, con 88 años, su sonrisa es arrugada y le hace arquear sus pobladas cejas blancas. Es un hombre menudo, de manos grandes y secas tras una vida trabajando en el campo. Camina lento y encogido y su expresión cuando escucha es la de un niño pequeño sorprendido porque a alguien le pueda interesar su historia. Al lado está Vera, su mujer. Llevan 61 años juntos y su secreto, cuentan riendo, es "trabajar mucho".
-No tenía miedo porque no sabía nada de lo que estaba pasando. Nadie nos explicó nada. Así que obedecí. En aquella época es lo que había que hacer siempre: obedecer.
-Y usted Vera, ¿no tenía miedo de que Ivan fuera? ¿No le pidió que no se acercase?Ivan no deja responder a su mujer. Vuelve a reír y añade:
-¿Crees que mi mujer iba a impedir que cumpliese una orden? Fui, recogí las vacas y los cerdos y regresé a la granja.

Ivan nunca abandonó su aldea, a 40 kilómetros de Chernóbil. 
Por el camino Ivan se encontró camiones militares soviéticos y autobuses a los que estaban subiendo a mujeres y a niños. La confusión era completa. Ningún vecino sabía exactamente lo que estaba pasando. Había rumores dispares: desde que los americanos habían atacado hasta que todo era un invento del Gobierno de Moscú para quedarse las casas de la zona.
Lo que en realidad estaba ocurriendo aquella mañana es que el reactor 4 de la central nuclear ucraniana de Chernóbil experimentó un aumento súbito de la potencia, lo que sobrecalentó el reactor nuclear y produjo una explosión del hidrógeno de su interior. El accidente se desencadenó tras un simulacro para probar la potencia de las turbinas.
La explosión del hidrógeno voló literalmente la estructura del reactor, dejando a cielo abierto el núcleo. El primer helicóptero soviético que esa mañana sobrevoló la central reveló la dimensión de lo que estaba pasando: el núcleo estaba a la vista y el grafito ardía al rojo vivo mientras el combustible y otros metales bullían a 2.500 grados centígrados en forma de masa líquida incandescente. El humo radiactivo se disparaba hacia el cielo. La energía tóxica que se desprendió con la explosión fue unas 500 veces superior a la liberada por la bomba de Hiroshima.
Los primeros trabajos de los liquidadores evitaron que el incendio alcanzara los demás reactores, impidiendo una segunda o tercera explosión. Si eso hubiera ocurrido, es probable que Europa hubiera quedado prácticamente inhabitable. La casi totalidad de estos liquidadores (soldados, bomberos o simples trabajadores) murieron en los meses siguientes.
Posteriormente se desvelaría que el diseño de los reactores de Chernóbil no cumplía con los requisitos de seguridad impuestos por Europa occidental. Ni siquiera disponían de edificios de contención.
Colegio abandonado a pocos kilómetros de la zona de exclusión. 

Los helicópteros de la URSS arrojaron arena sobre los reactores mientras los convoyes evacuaban vecinos. Días después se empezó la construcción de un túnel por debajo del reactor para intentar refrigerarlo. Posteriormente se construyó un sarcófago para aislar el reactor que todavía hoy está pendiente de perfeccionar para almacenar los residuos nucleares.
El gobierno soviético estableció tras la explosión un radio de evacuación de 30 kilómetros (que sería ampliado años después por Bielorrusia creando la zona de exclusión) y evacuando a unas 116.000 personas. Casi todas ellas terminaron muriendo o enfermando de gravedad. Casi todos sus descendientes padecen problemas de salud. En 1996 hubo una segunda ola de evacuaciones, esta vez voluntarias, llevada a cabo por el Gobierno de Minsk.
Lo que Ivan Shilets estaba viendo aquella mañana mientras recogía los cerdos y las vacas era sólo el comienzo de la pesadilla.

NO NOS VAMOS

Ivan y Vera decidieron no irse con los evacuados. Fueron los únicos de su pueblo. El resto de vecinos de Krasniahia eligió trasladarse a Minsk, a pisos que el gobierno les ofreció gratis. La de Ivan y Vera es hoy la única casa habitada de Krasniahia. Las demás están medio derruidas, con vegetación creciendo en su interior. "Los que se fueron en 1996 están todos muertos. Murieron de pena. Nosotros estamos bien". Ni Ivan ni Vera tienen problema de salud.
Ivankova es otra de las aldeas abandonadas. Los vecinos huyeron cuando se les ofreció evacuación. El nivel de radiación en Ivankova llega actualmente a los 0,90 micro sieverts por hora. El pueblo está a pocos cientos de metros de la zona de exclusión. A través de las ventanas de sus casas pueden verse todavía muebles, ropa y electrodomésticos que acumulan suciedad y escombros. Una muñeca tirada en el suelo tiene la cara llena de tierra. Un pueblo fantasma, abandonado por culpa de la radiación.
Sólo una casa resiste, la de Alexandr Turchin, un agricultor que vive con su madre sin nadie más alrededor. Alexnadr muestra el certificado que le reconoce como afectado por la radiactividad de Chernóbil. Padece daños neuronales que le hacen perder la memoria y, en ocasiones, hasta la conciencia de sí mismo. "No me reconozco ni reconozco a los demás", explica sentado en la cocina de su casa. Se lava la cara y las manos en el fregadero. Ha estado toda la tarde plantando patatas y le duelen las piernas. "Por culpa de mi enfermedad me abandonaron mi mujer y mis tres hijos", se lamenta mientras enseña una foto de ellos.
Del día de la explosión del reactor recuerda "soldados y convoyes militares. Nadie se enteraba de nada. A mí me dijeron lo que estaba pasando unos vecinos. La información corría de boca en boca". Alexandr quiere irse de Ivankova, pero el gobierno afirma que Ivankova está limpia, que su enfermedad neuronal no se debe a la radiación y que por ello no le pueden dar una casa nueva lejos de allí. "Si esto está limpio, como dice el gobierno, ¿por qué yo tengo daños neuronales? Aquí está todo el mundo enfermo".
Check point en el límite de la zona de exclusión. 
NADIE QUIERE A GOMEL
En la plaza central de Strelichava, el último pueblo habitado antes de Chernóbil, dos chavales fuman sentados en el respaldo de un banco. Artur Nazarenko y Nicolay Malinok tienen 23 años. En las copas de los árboles de la plaza cientos de cuervos graznan formando un inquietante eco. Es el único sonido en medio del espeso silencio del pueblo. "Aquí no hay nada que hacer", dice Artur. "Los chavales de aquí o se van o beben. ¿Qué vas a hacer si no?". Nicolay se ríe. Después añade que quieren irse a vivir "a una ciudad grande". Por las calles de alrededor no se ve una persona.
Gomel no ofrece salidas ni oportunidades. No tiene apenas distracciones. La tasa de alcoholismo en estos distritos es disparatada. Las imágenes de hombres dando tumbos (algunos llevados a casa por sus mujeres con cara de enfado) se repite desde primera hora de la mañana.
Sergey Zovin tiene 48 años, es delgado y la gorra se le cala hasta las cejas. Acoge estos días en su casa de Gubarevichi, otro pueblo fronterizo con la zona de exclusión, a su primo. Acaba de llegar de Moscú porque le han despedido del trabajo. Ayer se emborrachó y esta mañana ha desayunado tres chupitos de vodka. Así que tarda diez minutos en abrirnos la puerta. Cuando lo hace, se rasca la cabeza, se gira y cae a plomo al suelo. Cuando logra reincorporarse, regresa al sillón. Son las diez de la mañana.
Sergey posa con un retrato de su padre, muerto por la radiación. 
Sergey, que pide que ignoremos a su primo, trabaja en el cementerio de Gubarevichi, uno de los muchos cementerios que pueden verse en la zona. Estaba haciendo el servicio militar soviético cuando tuvo lugar la explosión. "Estuve semanas sin saber qué estaba pasando. Lo veíamos a escondidas en la BBC", dice. Sergey habla entre las tumbas en las que trabaja. "Mi padre trabajó como liquidador, cubriendo de asfalto los desperdicios nucleares. Murió a lo dos meses". Fue entonces cuando el ejército permitió a Sergey regresar a casa y enterrar a su padre, cuya tumba muestra con rostro serio.
En el resto del país, a los vecinos de Gomel los conocen como 'los de la zona'. Hay cierto estigma, que ha disminuido con los años, pero cualquier producto o alimento que provenga de la región está condenado al fracaso. Nadie osa comer champiñones (su producto típico) o fruta de Gomel. "Estamos marcados", dice Sergey. "Aunque estemos sanos".

MILES DE AÑOS

Las preocupaciones de los expertos en radiactividad se centran hoy en lo que está por llegar. "No lo sabemos", admite Alexandr Nesterenko, director de BELRAD. "Por ejemplo, el cesio tiene un periodo de desintegración de más de 30 años. Y estamos descubriendo ahora que podría tener una segunda fase de cien años. No sabemos qué puede pasar cuando se complete. Mientras tanto está siendo absorbido por animales y plantas y se propaga. Antes del primer test nuclear no había cesio en la naturaleza. Es imposible saber cuáles serán los efectos de haberlo introducido".
Nesterenko se muestra pesimista. "Hay estudios que aseguran que algunos elementos de la radiación necesitarán 24.000 años para desintegrarse por completo. Por mi parte, estoy convencido de que la humanidad desaparecerá de la Tierra antes que la radiación".
Mientras Nesterenko plantea el peor de los escenarios, Bielorrusia construye una nueva central nuclear. Se inaugurará en el año 2018 y está situada en el norte del país. Acercarse a las obras está prohibido y el desarrollo de la planta es un secreto. El propio presidente bielorruso lo dejó claro hace años en una comparecencia pública: "Todos aquellos que se opongan a la construcción de la nueva central nuclear serán declarados enemigos del Estado". Bielorrusia trata de sacar el clavo de Chernóbil con otro nuevo. Y está prohibido protestar.


NOTA.- ESTE ARTICULO NO ESTA ESCRITO POR LA ASOCIACION, ES EXTRAIDO DEL DIARIO EL ESPAÑOL 
http://www.elespanol.com/reportajes/20160415/117488600_0.html


lunes, 22 de agosto de 2016

II CONVIVENCIA ENTRE NIÑOS ALCALAREÑOS Y NIÑOS BIELORRUSOS


Organizado por La Asociación Niños del Costal de Alcalá del Río y con la colaboración del Ayuntamiento de esta localidad se llevo a cabo la II Convivencia entre niños alcalareños y bielorrusos.

¿Qué decir de esta Asociación dirigida por Ángel y Sonia?, por mucho que se dijese o escribiese de ellos, de seguro, nos quedaríamos corto. Un puñado de jóvenes, de esos jóvenes que representan una juventud sana y desinteresada que, sin pedir nada a cambio, te ofrecen lo mejor de si y cada unos de sus actos, y para los que los desconozcan, les diremos que son muchos, son un verdadero ejemplo a seguir.

El pasado día 15 de Agosto, en la piscina pública de Alcalá del Río, una vez más, dieron muestra de su labor, de su amor al prójimo y de una entrega desinteresada de ayuda humanitaria. Cuando una los ve y convive con ellos es cuando verdaderamente nos damos cuenta de que podemos contar con juventud para un futuro.

Su labor siempre es anónima, su trabajo desinteresado y su entrega hacia los demás pasa desapercibida, pero os podemos asegurar que tanto en los menores bielorrusos como alcalreños y Familias de Acogida de La Asociacion 26 de Abril ocupara un sitio preferente.


Gracias Angel, Gracias Sonia y en nombre de todos los niños, Familias de acogida y de la propia Asociacion 26 de Abril nuestro eterno reconocimiento hacia ustedes- ¡HAY QUE SEGUIR!

viernes, 19 de agosto de 2016

CAMPAÑA DE ACOGIDA VERANO 2017


Bielorrusia sufrio el accidente nuclear mas grande de la historia. Las secuelas hicieron que la poblacion, la flora y la fauna se hayan visto contaminadas por muchos cientos de años. Ahora, 30 años despues, los niños y niñas de este país sigen estando afectados, los menores, victimas inocentes (pues aun ni habiuan nacido) caminan cogidos de la mano del fantasma de la radiación, sus cuerpos estan contaminados por Cesio 134 y 137. 

Necesitan sanarse y para ello necesitan UNA FAMILIA DE ACOGIDA, veran ustedes, la contaminacion radioactiva se transmite por genes, comida y ambiente, y sus padres estan contaminados, la comida con la que se alimentan esta contaminada y el aire y agua que respiran y beben iden de lo mismo.
¿Que conseguimos cuando lo traemos un verano con nosotros?, dejan de respirar un aire malo, comen alimentos sanos y son atendidos por especialistas medicos, ¿y con ello que logramos?, DARLES DOS AÑOS MAS DE VIDA. El esfuerzo bien merece la pena.

No traen NINGUNA ENFERMEDAD CONTAGIOSA, estad tranquilos, tu, como futura Familia de Acogida te compremetes a darle una alimentacion sana, un ambiente saludable, llevarlo al medico y sobre todo darle mucho cariño, ellos te lo devolveran con creces.

Siendo FAMILIA DE ACOGIDA vas a conseguir que vivan mas y mejhor, si no tienen a esa familia no tienen esa posibilidad, se les cierran las puertas y hay mas de 250.000 niños esperando encontrar una. Por eso TE NECESITAMOS, por eso ACUDIMOS A TI.

Puedes ver mas informacion en nuestra web www.asociacion26deabril.org 
Puedes escribirnos a a.26deabril@gmail.coma.26deabril@gmail.com
Puede llamarnos al 622587978 - 622374969

Nosotros estaremos encantado y agradecido de poder atenderte.


 

viernes, 22 de julio de 2016

VIVIMOS LA ULTIMA VEZ

VIVIMOS LA ULTIMA VEZ

Diario escrito en 1994, ocho años después de la catástrofe de Chernóbil.

Entonces nadie no sabía que el lugar más contaminado en la aldea Malínovca, donde vivía mi abuela, estaba bajo el viejo peral, que se encontraba en el huerto de la abuela.

Aquel verano nadie podía suponer que la desgracia estaba en su aldea, que el viejo árbol en el huerto de mi abuela irradiaba la muerte. Los paisanos aconsejaban a la abuela derrumbar el peral porque cubría con su sombra la tercera parte de su huerto. Pero la abuela se negaba diciendo que hacía mucho tiempo bajo ese árbol se había derramado la sangre de una muchacha muy joven. Mucha gente sabía esta leyenda, pero no todos creían, mi abuela, sí, creía y consideraba que el árbol era santo.

Le gustaba el peral y a mi prima también. Aquel verano la niña pasó las vacaciones de verano en casa de la abuela.!La aldea Malínovca es tan hermosa! Mi prima ayudaba a la abuela en el campo y en el huerto, recogía bayas y setas en el bosque...

Un día llegó un jefe municipal a la aldea y dijo: "La tierra, el aire y el agua en la aldea están "limpios", podéis vivir tranquilos. Y ellos vivían.

Bajo aquel peral mi prima dibujaba paisajes (estudiaba pintura y sabía dibujar muy bien), soñaba con ser pintora. Aquel verano mi prima se hizo una verdadera belleza. Cumplió 15 años. Tenía un diario donde escribía los acontecimientos más importantes. Aquí sus últimas notas.

1 de Marzo.-

Los chicos de la sala número doce nos felicitaron con la primavera. Hicieron un muñeco de nieve y lo trajeron a nuestra habitación en una bandeja grande. Era un muñeco muy bonito. No sé quien lo hizo. Supongo que lo había hecho Anatoli. Sueña con ser escultor, hace unas figuritas de barro muy bonitas.
Hoy le han permitido levantarse después de la terapia química y quiere hacernos sonreir. !Ha empezado la primavera! Cerca del muñeco había un papel en que decía: "!Chicas, les felicitamos con la última nieve"!
- ¿Por qué con la última?¿De veras la última? -se preguntaban las chicas llorando.
El muñeco se derritió. De nuestras lágrimas.

2 de Marzo

Hoy ha llegado la abuela. !Mi querida abuela! Ella se siente culpable por mi estado de salud. Le pedí que me contara la leyenda sobre el peral de Masha, bajo el cual me gustaba soñar y que resultó ser un pequeño reactor.
Escucho a la abuelita y trato de recordar cada rasgo para dibujar su retrato después. La abuela habla despacio, en voz baja, el alma se llena de una tranquilidad suave y profunda.
- Hace mucho tiempo, cuando en nuestro país había terratenientes, un rico conde se enamoró de una muchacha pobre, pero muy hermosa. Por fuerza la trajo a su palacio. Marila lloraba y estaba triste en las lujosas habitaciones del conde.
Un día huyó del palacio con su criado. Los alcanzaron los soldados en el campo. Muy furioso el conde gritó: !Sí no quieres ser mía, no pertenecerás a nadie! Y le asestó un sablazo. Dice la gente que en el lugar, donde se derramó la sangre de Marila, creció un peral muy bonito. Por eso lo cuidaba tanto...Pero ahora ya no existe nuestro peral. Llegó una grúa grande y lo arrancó con las raíces. Aquel lugar limpiaron con una solución especial y pusieron una señal. De nuestra aldea se fueron casi todos. Nuestra Malinovca se hizo vacía como muerta.
Al despedirse la abuela yo le quería pedir:"Si me muero, no me entierren en el cementerio, le tengo miedo. Mejor en el campo o en un abedular... y planten un árbol: un peral o un manzano..." No, no quiero ser árbol. Tengo que vivir. Voy a vivr. Tengo bastante fuerza para superar la enfermedad, lo sé.

3 de Marzo

Lucho como puedo. He terminado el retrato de la abuela. Cuando lo vio la madre se conmovió mucho: ¡Hija mía, que talento tienes! Mi doctora, Valentina Ivánovna, dice que soy valiente y que mi tratamiento va exitosamente. ¡Dios mío, dame fuerzas para resistir!

4 de Marzo

Si estoy mejorando ¿por qué estoy vomitando tanto, por qué la habitacion está como en los columpios?... Escribo después de cuentagotas. Estoy un poco mejor. Gala, Vasa y Dina, mis amigas en la habitación, me miran con los ojos tristes. Compadecen de mí porque también han sufrido como yo. Quisiera que nadie viera mis sufrimientos tan dolorosos, pero ¿qué hacer?... El hospital está repleto. Tatiana Ivánovna dijo que hacía 3 años estaba casi vacío. Lo llenó la tragedia de Chernóbyl. Si fuera posible reunir a todos los culpables de nuestra desgracia y hacerlos pasar por nuestro hospital para que vieran los resultados de su trabajo.
Empecé a leer a Ajmátova(poetisa rusa). Apareció el deseo de dibujar el cuadro "Vivo la última vez".

5 de Marzo

Murió Iván, un chico rubio con ojos azules, favorito de todo nuestro hospital. Tenía solamente siete años. Antes lo curaban en Alemania. Anteayer nos invitaba a bombones porque tenía su día de cumpleaños., recibía las felicitaciones, estaba alegre... ¡Dios, ¿por qué tan despiadado? Iván...¿por qué?!

6 de Marzo

Puedo soportar cualquier dolor. Me enseñó esto mi mamá. En general, si pudiera, pondría un monumento a mi Madre junto a la entrada al hospital. Ellas mismas resisten y nos enseñan a nosotros. Vi como aguantaba Vova, el de 5 años. Mientras su madre buscaba al doctor, hasta que le hicieron la inyección, estaba mordiendo sus dedos, pero no gritó, ni lloró. ¿Qué será de él, qué será de todos nosotros en adelante? La catástrofe de Chernóbyl es una de las que no se puede comprender. Es algo horrible, que obliga a no creer en el sentido de nuestra existencia terrestre.

7 de Marzo

Trajeron la ayuda humanitaria de Dinamarca. En la habitación entró una mujer rubia, muy simpática. Me pasaba la mano por la cabeza y en sus ojos estaban lágrimas. La traductora dijo que hacía unos años su única hija había muerto en un accidente en la carretera. La visitante extranjera se quitó su cadenilla con la cruz y me la puso a mí. Yo pensaba que todas las madres en nuestra tierra se parecen una a la otra en su amor a los niños.

8 de Marzo

Fiesta...Sobre la mesa están naranjas y plátanos, una rama de mimosa y una tarjeta postal con las palabras: "¡Si los deseos significan algo, deseamos mucha suerte, que brille el sol, que ame tu corazón, que todas las desgracias se conviertan en victorias!"
Aquí no hay costumbre de desear salud y felicidad. Solamente victorias. Vences tu terrible enfermedad y la felicicdad siempre estará contigo.
En la sala de actos del hospital organizaron una fiesta dedicada a las mujeres. Bailé con Anatoli, pero no mucho. Sentí el mareo. Las chicas dijeron que éramos la mejor pareja.

9 de Marzo

El cuento se acabó. Me siento mal otra vez. Así no era nunca antes. Vomito desde la mañana, los espasmos no cesan y los medicamentos ya no me ayudan.Pero lo más terrible es mi pelo. Mi pelo cae de mi cabeza como un río.
Tatiana Ivánovna dijo que me han hecho todo el tratamiento. Ahora tengo que recuperarme en casa. Pero he visto sus ojos... y he comprendido todo. ¡He comprendido: es todo!

10 de Marzo

La mamá ha traído mi querido vestido.¡Estoy tan hermosa con este vestido!
Me mantenía de pie con mis últimas fuerzas, pero me despedí de todos.¡Adiós, hombres!¡Recuerdenme! ... Esperanza murió a finales de marzo. La última palabra en su diario era la palabra latina "VIXI" (Vivido).