¿Os habeis planteado alguna vez acoger a un niño/a bielooruso?, quizás ni se os haya pasado por la cabeza, quizás sí pero teneis vuestras dudas y vuestros miedos, es logico.
A ellos, a esos niños recluidos en orfanatos, o que viven en aldeas aisladas, que viven en condiciones de pobreza, que sueñan que algún día, al igual que uno de sus amigos tubo esa suerte de ser acogido, ellos si, día tras día, noche tras noche, sueñan con ser uno mas de los tocados por el destino, sueñan con venir con una familia que les ayude a sanarse, a quitarse esa maldita radio actividad de su cuerpo, que les ayude a vivir mas y mejor.
Si llegase ese día, al igual que todos nosotros, nerviosos esperaremos verlo, bajar del avión, estaremos deseando enseñarle el cuarto con el que tanto cariño le hemos preparado nos haremos mil preguntas, otras tantas dudas nos asaltarán y el temor reinará entre nosotros.
Pero luego, al tenerlo en nuestra casa, al verle sonreir, a notar su cariño, al verlo sentado, quieto, esperando unas palabras nuestras, las cuales no entendera pero seguro que sonreirá, nos iremos dando cuenta que poco a poco se va metiendo en nuestros corazones, que poco a poco va formando parte de nuestras vidas.
Pasarán los días y ese niño/a ya, sin apenas darnos cuenta, habrá pasado ser uno mas de la familia, con sus inquietudes, con sus cosas de niños porque niños son. Le reñiremos cuando haga falta hacerlo pero tambien le abrazaremos cuendo también haga falta hacerlo.
Viviremos con momentos, posiblemente para él, imnolvidables, descubriremos su cara de sorpresa cuando va descubriendo lo que nunca han visto, una playa, una piscina o una cosa tan simple como un frigorifico con comida que puede coger sin temor a que si se lo come ahora no podrá hacerlo mañana.
Vendrá el día de la partida, día antes ya la nostalgia empezará a habitar entre nosotros pero, eso no será obstaculo para ir preparandole lo que queremos que lleve, comida, ropas y algun que otro regalillo. Ellos también notaran que se aproxima la despedida y lo demuestran pidiendo mas cariño, mas besos y preguntando si pueden venir el año que viene.
Yá se han marchado, duro golpe que sin duda recibimos todos, pero yá empezamos a pensar en hablar con él nuevamente, mañana mismo lo llamaremos, en escribirle, en mandarle un paquete y como no, empezaremos a tachar días del calendario contando los que no quedan para la próxima acogida. Días trás días, horas tras horas nos preguntaremos,,,¿que estará haciendo ahora, estara bien?, ¿se acordará de nosotros?, SI, te decimos nosotros, se acuerdan y mucho de nosotros.
Pero os decimos, que el saber que la estancia de esos críos entre nosotros ha contribuido notablemente a que se sanen, a que la contaminación radiactiva disminuya de sus cuerpos, hemos ayudado a que el enano/a que se nos han ido pueda soportar mejor el frío invierno que se le avecina, esa sensación nos hace sentir mas comprometidos, mas humanos.
Verán ustedes, en Bielorrusia, hay mas de 250.000 niños/as que esperan ser acogidos, ellos saben que ese acto le vas alargar la vida, ellos son consciente de que sin esa ayuda por nuestra parte su destino está marcado, ellos piden en silencio que demos ese paso hacia adelante, ellos, a cambio, no nos pueden dar nada, solamente su cariño.
Ignoramos, si después de leer este artículo, te pienses la posibilidad de acoger a un niño/a Bielorruso, y bien, si no puedes hacerlo, te pienses en ayudarnos, o bien simplemente lo leas y se te olvide. De todos los modos sabes donde encontrarnos.
Junta Directiva Asociación 26 de Abril
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